Terapia Familiar

Es un proceso donde se involucran a algunos o a todos los miembros de la familia de acuerdo al tipo de problema a tratar. Existen  algunos tipos de conflictos que se presentan  dentro del contexto familiar. Se recomienda una intervención terapéutica en los siguientes casos:

 

• Maltrato o agresión física y/o verbal por parte de un miembro de la familia.

 

• Problemas de depresión, ansiedad, fobias, resentimientos, mal humor.

 

• Problemas de conducta de los hijos: drogas, alcohol, bulimia, anorexia, bajo rendimiento escolar, retraimiento, no obedecen la autoridad materna o paterna.

 

• Enfermedad o muerte de ser querido.

 

• Problemas surgidos por la pérdida del trabajo.

 

• Falta de involucramiento de uno de los padres en determinadas tareas del hogar o de crianza de los hijos.

 

• Falta de responsabilidad de uno de los padres en las funciones que le competen.

 

 

La terapia Familiar Sistémica como medio de resolución de conflictos

Este estilo de terapia es un enfoque centrado en las formas equivocadas de comunicación y de relación creando caos y conflicto, dando como resultado un estancamiento  y donde es necesaria la intervención de un profesional preparado para ayudar en la resolución del problema.

 

Cuando alguien solicita una terapia, es porque presenta algún tipo de dificultad a nivel individual o con las personas con las cuales convive, y a pesar de los intentos de arreglar el problema, han agotado todos sus recursos.

 

Este procedimiento terapéutico,  ayuda a ver el problema con objetividad y es allí donde  el terapeuta con la ayuda de las  técnicas adecuadas, entra a formar parte del sistema en crisis a realizar las intervenciones necesarias, con la finalidad de ayudar a los involucrados a encontrar  la solución.  Se requiere un nivel de compromiso por parte de los participantes en tres áreas concretas:

 

a. Satisfacer sus propias necesidades y la de los participantes.

b. Tomar conciencia de los cambios que deben realizar

c. Tener claridad hasta donde quieren avanzar en este proceso.

 

Un proceso de terapia siempre ayuda al crecimiento personal y esto redunda en beneficio de aquellos que nos rodean, sea la pareja, los hijos, etc.