Desea encontrar el secreto de la felicidad en pareja: Aquí se lo revelo

Si usted necesita de su pareja, le demuestre afecto y cariño, que lo respete, que lo tomen en cuenta, que sea fiel y transparente en la relación y en todo lo que hace, que lo trate bien, que no lo critique, que lo comprenda, que lo apoye, que sea generoso en compartir su  tiempo haciéndole compañía y con su dinero al cumplir con sus responsabilidades económicas, que sea amable, que no le oculte nada, que se pueda confiar totalmente en el, que sea muy comunicativo y que le cuente todas sus cosas, que ame a su familia política y la sienta como si fuera su propia familia, que no le critique a sus buenos amigos y amigas?

 Haga usted exactamente lo mismo por su pareja. “No hagas a otro, lo que no quieres que te hagan a ti”. Mateo 7:12

Nuestro cerebro es un laboratorio que procesa químicamente nuestras emociones, si estamos viviendo situaciones de estrés, producto de emociones de  ira, odio, preocupación, impaciencia, etc., el cerebro envía impulsos nerviosos a las glándulas, como las suprarrenales, estas producen adrenalina y cortisol las cuales tienen una variedad de efectos que llevan a un incremento de la glucemia y de la concentración de ácidos grasos en la sangre, proporcionando sustratos para la producción de energía dentro de las células de todo el cuerpo, preparándolo para la función “huida o lucha”.

Como en nuestro entorno natural de oficina u hogar no luchamos ni corremos para huir del peligro, la glucemia (azúcar en la sangre) y los ácidos grasos no se utilizan. Esto ocasiona su acumulación, lo cual acarrea peligrosos trastornos que van desde obesidad hasta falta de libido, enfermedad e incluso muerte.

Nuestro cerebro fue creado con el único propósito de ser programado correctamente por experiencias de aprendizaje constructivas, matizadas por emociones positivas como la paz, la alegría y el amor.  En el campo de la Psicología se explica que el cuerpo sufre por los conflictos que ocupan nuestra mente.  Todo esto  con la finalidad de que solucionemos las disyuntivas que nos apremian. Es decir, que la enfermedad aparece para que resolvamos el conflicto, esto significa que debo aprender el por qué y el para qué.

Por ejemplo: por qué y para qué se me repiten tantas situaciones que me producen resentimiento, ira o stress.

El Dr. Ryke Hamer pudo comprobar en más de 28.000 mil casos de enfermos de Sida y cáncer su teoría que explica que el cáncer es un proceso biológico natural que el organismo pone en marcha como respuesta a un shock traumático inesperado y sostenido.

Las personas que se han esforzado en buscar soluciones para su vida y aprovechar  las circunstancias para crecer interiormente, coinciden en que debemos aprender a manejar nuestra mente y emociones. No se trata de negar el enojo o el resentimiento.  Se trata de reconocer por qué me siento así y para qué me siento así. Este tipo de actitud hace que el cerebro responda químicamente enviando los estímulos correspondientes para producir las hormonas de la felicidad conocidas como endorfinas, dopaminas, serotoninas.

Las personas que tienen un sistema inmunológico muy fortalecido, tienen un estilo de vida completamente diferente a las personas que no saben manejar sus emociones. He aquí algunos de los consejos que puedo darles para que su vida cambie positivamente y aprenda a vivir en armonía con usted mismo y con el universo.

1.  Pregúntese  que es lo que tiene que aprender, cada vez que se le repite un problema que le genera un conflicto.  Tarde o temprano descubrirá la respuesta.  Otra cosa que le va a ocurrir es que ya no va a señalar tanto hacia afuera, sino que va a mirar más hacia usted, hacia su grado de responsabilidad en esa situación que esta viviendo.

2.  Aprenda a meditar.  La meditación equilibra sus hemisferios cerebrales. Lo conecta con la fuente de todo la creación: Nuestro Padre Dios.

3.  Practique yoga o algún deporte. Mantener un cuerpo en forma y saludable le va a proporcionar una vejez digna y feliz.

4.  Cuestione sus pensamientos y emociones negativas. Comprenda su forma de pensar y descarte lo que no le sirve.

5.  Si el problema se ha salido de sus manos y no puede resolverlo, consulte con un profesional.

Para entrar en Meditación, es necesario primero lograr un estado de atención plena hacia si mismo, enfocándose en  la respiración, en la forma como inhalas y exhalas, tomando conciencia del movimiento de tu pecho,  cuando ingresa o sale el aire, luego te desapegas de los sentidos, de lo que escuchas, de lo que ves y de lo que piensas. Cuando logras esto, has entrado en meditación. Este estado es conciencia plena, viviendo en el aquí y en el ahora. Esta experiencia es la verdadera conexión con tu verdadero SER, con tu Divina Esencia.

Práctica:

 Sentarse en posición cómoda, de manera que la columna este muy recta, la cabeza alineada con la espalda, el mentón un poco sumido hacia el pecho,  ojos entreabiertos con la atención en el entrecejo,  las manos en posición del  Mudra de su preferencia.  Haga inhalaciones y exhalaciones profundas, observe su respiración. El paso siguiente,  es  soltar su atención de todo para alcanzar el estado plena de conciencia. El tiempo en esta posición puede variar de acuerdo al adiestramiento.   Puede  empezar por 10 minutos hasta completar 30 minutos.

BENEFICIOS DE LA MEDITACIÓN

- Relajación física.

- Más control sobre los procesos del pensamiento.

- Tranquilidad creciente y capacidad para superar el estrés.

- Desarrollo de la consciencia.

- Incremento de la auto comprensión.

- Fomento del desarrollo espiritual.

- Curación de enfermedades psicológicas y  psicosomáticas.

Una pareja funcional es aquella que está conformada por dos seres que se aman y se respetan, poniendo todo de su parte para dar lo mejor de si mismas a ese otro de quien espera la misma respuesta.  El problema surge cuando no se cumplen las expectativas debido a que no se recibe lo mismo que se da o que se cree que se da.

Constitución de la pareja:

La pareja esta formada por dos individuos que por ley de atracción, se encuentran y comparten algunos aspectos en común y a los cuales les dan mucha importancia al inicio de la relación.  No sucede lo mismo con aquellos aspectos con los cuales difieren y que serán en el futuro la piedra de tropiezo porque serán los que darán inicio a los conflictos en la pareja. Por ejemplo cuando a un miembro de la pareja le gusta mucho la farra, salir con los amigos, o beber.  El otro piensa que cuando se casen todo va a cambiar.  En la mayoría de los casos esto no sucede y es por allí por donde empiezan los  problemas.

Los primeros tropiezos se inician por el sistema de creencias que proyecta cada uno en la forma de relacionarse. Estas hacen una gran diferencia en las formas muy particulares de ser y de actuar de cada uno. Las creencias son estos esquemas mentales a través de los cuales respondemos ante todas las diferentes situaciones que nos toca vivir como individuos.

Para entrar en este tema de las creencias, es importante conocer que la forma de ser de cada uno, esta cimentada en lo que absorbió durante toda su vida mientras vivió con sus padres o con la persona que se ocupo de su crianza. Estas personas fueron sus  referentes directos debido al tipo de vinculación y a todas las experiencias que se generaron al vivir bajo el mismo techo.

Un ejemplo muy común es cuando un miembro de la pareja es maltratante, agresiva, que insulta o responde con golpes. Esta respuesta se debe a que en su niñez fue maltratado, humillado o menospreciado por uno de sus padres y lo guardó en su memoria para responder de la misma forma cuando surge algún malentendido en su diario vivir.

Lo maravilloso de la terapia es poder encontrar todos estos programas guardados en nuestra memoria y desecharlos, para cambiarlos por creencias constructivas que aporten felicidad y dignidad a la vida sea de pareja, de familia o individual.

Por supuesto que sí.  Pero para intentar vivir en esta afirmación, deberíamos empezar a preguntarnos por qué creo que, todo lo que me pasa se opone a mis planes o deseos y  no me deja ser feliz¬¬!

Por lo general, trasladamos la responsabilidad de lo que siento, pienso y de lo que me pasa, hacia las situaciones externas, justificando que así soy yo, y que además es normal que  responda ante los problemas con enfado o con desagrado  o con enojo u odio; hacer esto es mucho mas sencillo, que asumir la responsabilidad de si esto me ocurre a mí,  es porque  hay un aprendizaje que no hice en alguna parte del camino.

Cuando sufrimos con situaciones que se nos presentan en el diario vivir, muchas veces cometemos el error de pensar en lo injusto que es Dios porque permite que me pasen cosas muy desagradables.  Aquí también seguimos apuntando hacia afuera, buscando a quién echarle la culpa de nuestro sufrimiento. Siempre será más fácil negarse a aprender la lección que está escondida en la circunstancia que vivimos, que querer resolver el problema.

Para ser feliz, es imprescindible el cambio de actitud. Hay que mirar mas allá; hay que entender que la circunstancia debe ser resuelta desde adentro, porque esta intrínsecamente ligada a nuestro aprendizaje, el cual escogimos antes de venir a este planeta Tierra que es la escuela del alma.

La sabiduría de nuestro Padre Dios es muy difícil de entender a través de nuestras mentes gobernadas por nuestro queridísimo ego.  Para entender nuestro destino, o la misión de nuestra alma, es necesario dar un paso más hacia una toma de conciencia, la cual nos revela que la injusticia divina no existe.  Somos nosotros con nuestras  actitudes y acciones los que estamos recogiendo  lo que hemos sembrado.  Entre mas dolorosa sea la circunstancia que nos toca vivir, mayor es el aprendizaje y avance hacia un desarrollo interior.  En el momento que se comprende qué es lo que hay atrás de la circunstancia dolorosa, el dolor desaparece y nos invade una emoción y pensamiento de tipo superior, que vence toda idea de infelicidad.

Con amor,

Bertha de Farah